jueves, 3 de septiembre de 2015

ROMERÍA EN MI "MONTE" DE SANTA MARGARITA


Convertido ya en todo un ritual, y para no olvidar mi niñez y la de mis hijos, el domingo pasado (día 30), visité la romería del "Parque de Santa Margarita".




Un día estupendo, en el que la lluvia no hizo acto de presencia, y las familias y vecinos de la ciudad pudieron disfrutar, con una temperatura muy agradable, durante todo el día, de buen "xantar e troulear" (comer y bailar).

Y, sin duda, todo un privilegio á veiriña dun canastro..




Aunque yo aprecié menos gente que otros años, el sonido de gaitas y panderetas, familias en sus "parcelas" comiendo y divirtiéndose, nuestras rosquillas, y el "polbo" en sus ollas de cobre alegraban este "pulmón" de la ciudad.





Nuestro pulpo, como siempre, a la espera de ser consumido...¡que bueno!

Ese olor tan peculiar, y esas manos que cortan con tanta habilidad esos deliciosos tentáculos...¡vivan as pulpeiras de Melide!

Empanadas, "bollos preñaos", y mucho dulce...¡comer y rascar todo es empezar!
Iba cayendo la noche, pero faltaba la "marcha"...¡¡verbena y fuegos artificiales!! 
Hay que quemar calorías "gastando pista"...¡todo es empezar!


Empezó con algo de desgana el baile...¡pero todo es empezar!  
Vecinos y grupos de amigos que se reúnen para pasar un buen rato y recordar "viejos tiempos".

Es agradable volver a los lugares dónde has pasado  momentos de tu vida tan especiales como la infancia...¡nunca se olvidan!


Por la noche nos espera la verbena y  una sesión de fuegos artificiales, que se hizo corta...¡cuestión de recortes!.

Una buena orquesta "MIRAMAR", que hizo bailar y alegrar a mucha gente...¡¡muy buenos!!





Quedan dos horas de baile, pero yo me despido de mi parque, con la ilusión de volver el próximo año y, sobre todo, ver a mi "familia" del barrio...¡son mis recuerdos!

 La noche acompaña, y no hay ganas de volver a casa...¡vuelta al trabajo y fin de vacaciones!




Me despide un "palacete", así le llamábamos antes de ser "La Casa de las Ciencias", con sus luces y tranquilidad habitual.

Dicen que la nostalgia no es buena compañera, ni la melancolía, pero es ntonces desaparecerían esas sensaciones y sentimientos agridulces, que nos hacen vivir y recordar que hemos vivido...

El tiempo dulcifica esa nostalgia, y nuestro cerebro nos devuelve imágenes, personas y momentos de estos lugares, buenos y malos...¿qué importa ya?  

Han sido "nuestras personas y momentos". El tiempo pasa, y nosotros con él...

Un año más para recordar...¡¡me encanta mi "monte"!! el de Santa Margarita.





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