lunes, 15 de septiembre de 2014

MI REGRESO A LAS "ISLAS CÍES"...

Estamos volviendo a  la rutina, a  nuestra "normalidad", que tampoco está nada mal.
No me desagrada nada esta vuelta, pero tampoco me desagrada recordar los momentos agradables vividos durante el corto verano.
Uno de esos momentos ha sido la vuelta a las "Islas Cíes" con mis hijos...¡invitación sorpresa, con cama y todo!
Fue un viaje familiar y cortito, pero suficiente para disfrutar de tranquilidad, risas, espacios "propios", y, como no, de unos amaneceres y ocasos maravillosos.
La ida para la isla, en el Ferry, es una excelente antesala de lo que va  a ser la estancia en ella. Son 40 minutos especiales, sólo viento, silencio y vistas bonitas...¡pero minutos especiales!
    

La llegada siempre me emociona, pero no me exime de ir al agua directamente...¡dejar los bártulos en la tienda, y olvidarme de todo!

     
No diría que "Rodas" es la playa más bonita del mundo...¡pero sí los ingleses lo dicen!  sí que es espectacular...¡y la frialdad de sus aguas también! no se puede tener todo.



El silencio que reina por las mañanas, el sonido atronador de las gaviotas, y la salida del sol conforman un ambiente mágico...¡vale la pena!



Bueno, en ese silencio, a través de mis paseos por los diferentes grupos de tiendas de campaña, puedes oír variados exabruptos contra las gaviotas : ¿y para esto he venido a descansar a un paraje natural?  me he reído mucho con los comentarios oídos durante mis paseos (más de uno haría uso de una escopeta)...¡no dormir es muy malo!
Lo primero que hay que guardar en la maleta son unos buenos tapones, son imprescindibles, y sales indemne de esos molestos "ruidos". Mi hija hasta les cogió manía a las "probes gaivotiñas patiamarillas".


El tiempo meteorológico fue muy bueno, el ambiente también, noches tranquilas al aire libre y charlando...¡más que suficiente!  las horas pasan lentamente, pero con rapidez, ya que cada uno hace lo que quiere. Hay actividades programadas (buceo, kayak), puedes tostarse al sol,  pero todo sin un horario marcado...¡el ocio por el ocio!


No puedo decir que los precios sean baratos, ni mucho menos, pero reconozco que el pescado que nos recomendaron estaba buenísimo, nuestras deliciosas "parrochiñas" (xoubas), xureliños, y raya, que según mi hijo estaba deliciosa.



Las puestas de sol desde el "Faro del Monte Faro" es "mítico" (palabra de mis hijos).

Juventud, mucha juventud, de nuestro país y de otros muchos. Me encanta la "mezcla intercultural", hay cosas y momentos que no saben de fronteras...¡una tranquila puesta de sol!

La escalada hacia el faro es algo costosa, después de todo el día descansando, pero vale la pena. Los acantilados y vistas de la islas son fantásticas, son unos minutos relajantes que dan fuerzas para la bajada, "en silencio, y con linterna".

Pero llegó la lluvia por la noche, y una espesísima niebla que no daba mucho juego, decidimos marchar, pero hay que rematar bien el día.

Vuelta para Vigo, pero con un aspecto de la isla muy diferente al día que llegamos...¡pero con su atractivo también!

Buscamos una buena  "Fiesta gastronómica", de las muchísimas que hay en nuestra tierra, para degustar nuestros productos...¡y rematar nuestras mini vacaciones!
Nos decidimos por "Raxó" (Pontevedra)...¡allá fuimos!  No había estado nunca, pero me llevé una grata impresión, playa pequeñita, apiñados como sardinas, pero no importa.
En cuestión de dos horas, el sol había  vuelto a brillar, todos contentos. Nuestra tierra es así, tenemos de todo...¡¡malo será!!


Pues esto es todo...¡hasta mi próxima vuelta a las"Cíes"...¡siempre nos hace felices!