Pudo ser un recorrido más intenso, pero el constante "calabobos" no nos ayudó.
Más tiempo para el placer de la gastronomía y las largas sobremesas con buenas amistades...¡el mejor ingrediente!
¡Que bien se come en Ferrol! Esto decía José María, compañero de viaje, y ferrolano de corazón.
Valdoviño nos recibió con sol, pero fue empeorando la tarde...¡y poco se pudo hacer!
No me rindo, y decido que hay que mojarse un poquillo, las fotos con gotitas tienen, también,su encanto.
"Monte Campelo" al fondo, pero esta vez toca retirarse...¡otra vez haremos un buen recorrido!
Un buen café de pota animará el cuerpo, y unos chupitos...¡el alma!
Seguro que volveremos pronto...¡¡VIVA FERROL!!