Hace tiempo que no escribo, y no es por
falta de ganas, pero he estado muy ocupada ordenando y pesando
alimentos en unas cajitas muy especiales…¡labor de voluntariado!
Mirando la fecha de mi último relato, me doy cuenta de lo muy rápido que pasa el tiempo...¡imposible pararlo!
Visité a mis compañeros del taller de periodismo en la "Universidad Senior", y el profe me ha picado
llamándome vaga…¡y eso sí que no!
Creo que no estaría mal compartirlo a través del mio, y os contaré y compartiré mi experiencia como voluntaria del ya muy conocido “Banco de Alimentos” durante estos últimos dos meses, desde que participé en la “Gran Recogida” (28 y 29 de Noviembre)…¡pues sí que pasa el tiempo!
Fue un fin de semana intenso, trabajando, organizando a la gente que
estaba dispuesta a colaborar, pidiendo sin parar a las personas su
colaboración donando algún alimento…¡y fue todo un éxito!
Pero ahí comienza la fiesta, conoces gente maravillosa, empleados de los centros de alimentación dispuestos a ayudarte en todo…¡hasta cuándo no hay cajitas!
Personal que, sin tener que decirlo yo, tiene mucho ya con su horario y cometido laboral…¡pero se portaron fetén!
Hasta me animé a hacer un “arbolito de cajitas”…¡imaginación que no falte!
Y el día 1 de Diciembre tocó empezar a recibir esos miles de kilos de
alimentos en la nave destinada para esta labor…¡no sabes por dónde
empezar! pales, muchos pales…¡¡miles de cajitas que te rodean!!
Pero todo es ponerse manos a…¡las cajitas!
Cajitas ordenadas, menos ordenadas, pero llenas de alimentos…¡las estanterías del Banco se llenarán durante unos meses!
Ese era el objetivo, y se cumplió con creces…¡misión cumplida!
Os diré que fue una experiencia muy gratificante, cansada (para que
mentir), pero muy agradecida. Nos ayudaron compañer@s voluntarios de
toda condición y situación social.
Personas prejubiladas que quieren seguir en activo y ceden su tiempo. Por desgracia, desempleados con necesidad de ocupar su tiempo…¡y no pensar!
Todos con ganas de colaborar y con gran curiosidad por conocer el
funcionamiento de esta entidad. No todo es idílico, son días y horas de
mucho trabajo, pero reinando siempre un gran respeto…¡no tenemos porque
gustarle a todo el mundo!
De vez en cuándo nos visitan estudiantes de Institutos, que vienen acompañados de profesores para entregar sus “donaciones” y conocer el funcionamiento del Banco. Sus caras muestran sorpresa mientras son atendidos por el Presidente del Banco, Don Luis Camba…¡pero acaban preguntando!
Se acercan las Navidades, pero los voluntarios siguen yendo, día tras
día, y desplazándose hasta la nave como sus circunstancias les
permiten. Acaban compartiendo sus vehículos y facilitando las cosas a
quien no las tiene tan fácil.
No hubo vacaciones de Navidad, pero sí muchas risas y afecto…¡¡y muchísimas cajitas!!
Gente con problemas, como la mayoría de nosotros, pero con ganas de ayudar y positivizar todo…¡¡Malo será!!
Y así pasaron los días, las cajitas se abrieron, se seleccionaron los
productos, se pesaron, se hicieron pales con cajitas llenas del mismo
producto, se encintaron esos pales…¡y listas las cajitas para volver a
abrir!!
Otro proceso, entregar esos alimentos a las entidades que vendrán a recogerlos. Cajitas llenas de comida, palabra y acto que nos parece tan normal y cotidiano, pero que para demasiada gente es un problema diario.
Muchos días viendo esas cajitas, realmente acabas no queriendo verlas, pero no es así…¡son cajitas de ilusión!
Una experiencia muy positiva para mi, colaborar como voluntaria me
agrada, pero desearía hacerlo por otras circunstancias sociales.
Saludos para toda la gente del Voluntariado.
Pronto volveremos a pelearnos con estas "cajitas".
¡Pero con mucha ilusión!