El maratón comenzó a las 9 de la mañana, con puntualidad y gran entusiasmo. Se auguraban lluvias y rachas fuertes de viento, pero el tiempo se portó bien, y aunque Lorenzo no se animó a brillar...¡no llovió! eso ya fue para agradecer.
Hubo un ambiente muy bueno, lo de madrugar desmotiva un poquillo, pero los coruñeses fuimos animándonos a salir de casa y animar a los 3000 participantes del maratón, y a los 2000 de la carrera de 10 kilómetros.
No me moví del punto de salida, pero disfruté, junto con mi hija, de la salida de los participantes de la carrera de 10 km, más cortita que la del maratón, pero, para mi, con un participante muy especial y competitivo...¡mi hijo!
Pudo, según él, hacerlo mejor, pero como dice el refrán...¡no se puede estar en misa y repicando!
Ha dicho que se preparará para el maratón del año que viene...¡y los dos animamos a su hermana!
Si ella se animase...¡¡entonces sí que repicaría yo!!
Es una prueba durísima, pero la cara de satisfacción de los corredores al llegar a la meta refleja satisfacción, alegría y emoción, incluidos sus peculiares gestos de "dedicatorias"...¡dedos al cielo!
Padres que entran con sus pequeñines corriendo en los últimos metros es muy emocionante, algunos optaron por ser descalificados, pero no soltaron la mano, ni bajaron de sus brazos a los chiquitines.
Cantidad de momentos muy especiales y dignos de recordar en el tiempo con estas fotografías.
Hubo una mención muy especial en la entrada de un participante que llegó abrazado a un familiar de avanzada edad. Pensamos que era su padre, pero no, él ha viajado desde Francia para enterrar parte de las cenizas de su padre en la que considera la "ciudad familiar", y homenajearlo con su participación...¡realmente emotivo!
Como no, hubo la parte lúdica y simpática, gestos divertidos de los que llegaban "mas descansados" y sin la presión de batir marcas.
Caras de dolor, dientes apretados, cojeras producidas por calambres, pero al ver la meta nadie se para...¡¡lo he conseguido!! dice más de uno. Y no todos podemos decirlo.
Pude hablar con Isabel Brea Pose (Anduriña), una mujer de 63 años, trabajadora, madre de 4 hijos y abuela. Empezó a hacer deporte con 48 años: "Hasta entonces no pude hacerlo, me dice, había que criar a los hijos, pero ahora lo necesito".
Llegó estupendamente a la meta, porque dice que va dosificando sus fuerzas...¡ella no compite!
Bueno, cuatro horas de alegría y buen rollito. El ganador del maratón, Javier Iglesias, llegó "fastidiado" por no conseguir su objetivo, pero seguro que ya le ha pasado...
¡Estaba muy, pero que muy fastidiado!
Por supuesto que entiendo esa rabia y sufrimiento reflejado en su rostro y gestos al no ver realizado el sueño por el que trabajas durante todo el año, y con mucho esfuerzo, pero...¡todo pasa!
La verdad es que la diferencia de tiempos fue grande, y después de su llegada a meta hubo un espacio de tiempo bastante considerable con el resto de "los de cabeza"...¡felicidades para Javier!
Las mujeres...¡vivan las mujeres! Sonia Teijeiro se convierte además en campeona gallega.
¿Qué importa llegar un poquito más tarde si es con una linda sonrisa en la cara?
Realmente somos minoría, pero las que son...¡son!
Y las que merecen una mención son nuestras chicas de Sada ¡¡las chicas de Sada son guerreras!!
Pese a que somos una minoría también en esta modalidad fueron una representación muy buena, tanto en calidad como en cantidad.
No faltaron a este evento nuestros representantes políticos locales, incluido alcalde, Don Carlos Negreira y representantes del Concejo y Diputación.
No fueron aclamados, ni molestados...¡ni fu, ni fa!
De vuelta a casa, tranquilidad total, tráfico cerrado, silencio, casi una ciudad fantasma, pero los “últimos de la cola” no se rendian, y aunque corrian en soledad, ellos también querían conseguir su meta…¡ seguian corriendo después de 4 horas!
Por supuesto que todos merecen respeto y admiración, pero estos “últimos”, para mi, mucho más.
Un día nublado y morriñento, pero muy gallego y “ledicioso”! Hasta el próximo Maratón 42…¡habrá que entrenar!